Cáncer de mama triple negativo: Características y tratamiento

El cáncer de mama triple negativo (CMTN) es un subtipo de cáncer de mama que se caracteriza por la ausencia de expresión de los receptores hormonales de estrógeno y progesterona, así como de la sobreexpresión del receptor HER2 (receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano). Esta clasificación lo diferencia de otros tipos de cáncer de mama, ya que limita las opciones de tratamiento, dado que no responde a las terapias hormonales o a los tratamientos dirigidos contra HER2.

Características clínicas y biológicas
El CMTN es considerado uno de los subtipos más agresivos de cáncer de mama. Algunas de sus características clave incluyen:

Ausencia de receptores: La triple negatividad implica que las células cancerosas no expresan los receptores hormonales de estrógeno (ER), progesterona (PR) ni el HER2. Esto limita las opciones terapéuticas, dado que las terapias hormonales y dirigidas, como el trastuzumab (Herceptin), no son eficaces.

Crecimiento rápido: El cáncer de mama triple negativo tiende a crecer más rápidamente que otros tipos de cáncer de mama y, a menudo, se diagnostica en estadios más avanzados.

Mayor incidencia en mujeres jóvenes: Este subtipo de cáncer es más común en mujeres menores de 40 años y en pacientes de ascendencia africana o latina. También está asociado con mutaciones hereditarias, particularmente en el gen BRCA1, que predispone a una mayor probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer.

Agresividad y pronóstico: Debido a su naturaleza agresiva, el CMTN tiene un mayor riesgo de recurrencia, especialmente en los primeros 3 a 5 años tras el diagnóstico. Sin embargo, en comparación con otros subtipos, si el cáncer no recurre durante ese periodo, las probabilidades de curación aumentan considerablemente.

Tratamiento del cáncer de mama triple negativo
El tratamiento del CMTN suele ser multimodal y se adapta según el estadio de la enfermedad al diagnóstico. A continuación, se describen las opciones de tratamiento más comunes:

Quimioterapia:

La quimioterapia sigue siendo el pilar principal del tratamiento del CMTN, tanto en el contexto neoadyuvante (antes de la cirugía) como adyuvante (después de la cirugía). Se utilizan regímenes basados en antraciclinas y taxanos, con el objetivo de reducir el tumor antes de la intervención quirúrgica o eliminar posibles células tumorales remanentes después de la cirugía.
En pacientes con mutaciones BRCA1/2, se ha demostrado que los inhibidores de PARP (como el olaparib) son efectivos, ya que explotan la deficiencia en la reparación del ADN presente en estas mutaciones.

Cirugía:

Dependiendo del tamaño del tumor y del grado de respuesta a la quimioterapia neoadyuvante, las opciones quirúrgicas incluyen la mastectomía o la cirugía conservadora de mama (lumpectomía). La elección entre ambos procedimientos dependerá de la extensión del tumor y las preferencias de la paciente.
Radioterapia:

Tras la cirugía, la radioterapia adyuvante se utiliza para reducir el riesgo de recurrencia local, particularmente en pacientes que han optado por la cirugía conservadora. En ciertos casos de mastectomía, la radioterapia puede ser indicada si existen factores de riesgo adicionales, como afectación de los ganglios linfáticos.
Inmunoterapia:

La inmunoterapia ha surgido como una opción prometedora en el tratamiento del CMTN. Los inhibidores de puntos de control inmunológico como el pembrolizumab (anti-PD-1) han demostrado mejorar la supervivencia en combinación con quimioterapia en ciertos pacientes con enfermedad avanzada o metastásica.
Investigación en terapias dirigidas:

Aunque el CMTN no expresa HER2 ni receptores hormonales, se han identificado varias vías moleculares que podrían ser explotadas para su tratamiento. Además de los inhibidores de PARP, se están investigando otras terapias dirigidas contra vías como la quinasa AKT, que podría jugar un rol en la progresión de este cáncer.
Pronóstico
El pronóstico del CMTN varía significativamente dependiendo del estadio al momento del diagnóstico y de la respuesta al tratamiento. En general, los tumores triple negativos tienen un pronóstico menos favorable en comparación con otros subtipos de cáncer de mama, debido a su alta tasa de recurrencia y la falta de opciones terapéuticas dirigidas. Sin embargo, el tratamiento multimodal y los avances en inmunoterapia y terapias dirigidas están mejorando las tasas de supervivencia para muchas pacientes.

Conclusión
El cáncer de mama triple negativo representa un desafío clínico debido a su naturaleza agresiva y la falta de terapias dirigidas efectivas. Sin embargo, los avances en el tratamiento, incluidos los regímenes quimioterapéuticos, inmunoterapias e inhibidores de PARP, están ofreciendo nuevas oportunidades para mejorar el pronóstico de las pacientes afectadas. Un enfoque personalizado y basado en las características biológicas del tumor sigue siendo clave para optimizar los resultados.