El hepatocarcinoma (HCC), o carcinoma hepatocelular, representa el 85-90% de los casos de cáncer primario de hígado, siendo uno de los principales problemas oncológicos a nivel mundial, especialmente en regiones con alta prevalencia de infecciones crónicas por hepatitis B y hepatitis C.
Factores Etiológicos Principales:
• Hepatitis B y C crónicas: Estas infecciones virales promueven la inflamación y la fibrosis hepática, conduciendo a la cirrosis, una condición precursora del HCC.
• Alcoholismo crónico: El daño hepatocelular persistente por alcohol es un factor clave en el desarrollo de cirrosis y eventual carcinoma.
• Enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA): Con el aumento de la obesidad y el síndrome metabólico, la EHGNA es una causa emergente de HCC en poblaciones occidentales.
• Exposición a aflatoxinas: Común en regiones tropicales, este carcinógeno promueve mutaciones en genes clave como TP53, un evento molecular significativo en la oncogénesis.
Progresión y Biomarcadores:
El desarrollo del hepatocarcinoma está fuertemente ligado a la progresión desde fibrosis hacia cirrosis hepática, y la vigilancia en pacientes cirróticos es esencial. El alfa-fetoproteína (AFP) sigue siendo uno de los biomarcadores más utilizados para el seguimiento, aunque su sensibilidad es limitada. Nuevos biomarcadores como PIVKA-II y estudios de mutaciones genéticas en TERT, CTNNB1, y TP53 abren nuevas oportunidades para la detección precoz y la estratificación del riesgo.
Diagnóstico Avanzado y Estratificación:
El diagnóstico de HCC se basa en técnicas de imagen avanzadas como la resonancia magnética con contraste dinámico o la tomografía computarizada trifásica, que permiten una visualización detallada del flujo vascular característico del tumor. En casos de duda, la biopsia hepática sigue siendo el estándar para la confirmación histológica. La clasificación de Barcelona Clinic Liver Cancer (BCLC) es ampliamente utilizada para guiar la toma de decisiones terapéuticas según el estadio clínico.
Tratamiento Multidisciplinario:
El manejo del hepatocarcinoma es complejo y depende del estadio al diagnóstico. Las opciones incluyen:
• Resección quirúrgica en estadios tempranos para pacientes con función hepática preservada.
• Trasplante hepático en casos de cirrosis descompensada o tumores múltiples dentro de los criterios de Milán.
• Terapias locorregionales, como la ablación por radiofrecuencia (RFA) y la quimioembolización transarterial (TACE), que ofrecen control tumoral en pacientes no aptos para cirugía.
• En fases avanzadas, el uso de terapias dirigidas, como sorafenib y lenvatinib, ha demostrado mejorar la supervivencia. Recientemente, las combinaciones de inmunoterapia con anti-PD-1/PD-L1 y bevacizumab han mostrado resultados prometedores en pacientes no candidatos a tratamientos locorregionales.
Nuevas Perspectivas:
La investigación actual se enfoca en identificar mejor los subtipos moleculares de HCC para personalizar el tratamiento. Las terapias basadas en la secuenciación de próxima generación (NGS) y la identificación de alteraciones genéticas clave están revolucionando el campo, permitiendo la selección de pacientes para estudios de terapias dirigidas e inmunoterapias.
Conclusión: El hepatocarcinoma sigue siendo un cáncer con alto impacto en la mortalidad global, pero los avances en la comprensión de su biología molecular, junto con nuevas estrategias terapéuticas, están cambiando el panorama clínico. La vigilancia en pacientes de riesgo y el manejo multidisciplinario son clave para mejorar el pronóstico.
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